La oración que rompe barreras

Deborah Shettima es una viuda de Nigeria que experimentó el poder de la intercesión sin darse cuenta en un primer momento. Entre los meses de abril y julio de 2013, ella perdió a su marido y tres hijos – el esposo y el hijo mayor fueron asesinados por un grupo terrorista, mientras que sus dos hijas fueron secuestradas por hombres del mismo grupo.

Así que Open Doors se enteró de la situación de Deborah, lanzó una campaña de oración y de cartas para ella. La oficina regional de Open Doors en África recibió cerca de veinte kilos en cartas, pero no consiguió entregarlas aún por causa del estado de emergencia en el cual se encuentra la región donde Deborah vive. Aun así, un equipo de la organización fue a visitarla.

""Explicamos para ella que habían muchos cristianos en el mundo que oraban fielmente por ella y que le enviaban casi veinte kilos de cartas"". Al oír esto, Deborah respondió: ""No soy digna de tanto cariño. Esas oraciones me trajeron paz. Antes, no conseguía entender la fuente de esta paz, ahora sé que fueron sus oraciones. Es verdad, Dios escucha a su pueblo. Ahora sé que hay personas orando por mí y no me siento más sola. Estoy feliz de saber que hay persona que se preocupan conmigo. Este amor me sustentará y fortalecerá para vivir en Cristo. Que Dios bendiga a todos los que oraron por mí.""

La intercesión llegó antes que las cartas y cualquier otro tipo de ayuda. Cuando oramos, Dios comienza a obrar. Con Él, la Iglesia es capaz de soportar cualquier situación, vencer cualquier dificultad. Basta orar.

Alrededor del mundo hay muchos cristianos, que como Deborah, sufren persecución. El primer pedido que ellas hacen es: ""Oren por nosotros"". Interceda por aquellos en situaciones como ésta, que sufren por causa de su fe en Jesús.