La doble vulnerabilidad de la mujer cristiana

En muchos países, hombres y mujeres son perseguidos por elegir a Cristo. La Lista Mundial de la Persecución 2021, realizada cada año por Puertas Abiertas, muestra el ranking de los países donde hay más persecución a los cristianos. Pero la persecución es aún más intensa para las mujeres, que se enfrentan a una hostilidad también ligada al género. Es decir, las seguidoras de Jesús son doblemente vulnerables: por ser mujeres y por ser cristianas.  

¿Qué tiene que ver el género con la persecución religiosa?

En algunas culturas, las mujeres son consideradas inferiores a los hombres y, por tanto, sufren desventajas sociales. A muchas no se les permite trabajar y se les excluye del acceso a los mismos derechos que los hombres. Esta exclusión las convierte en blanco fácil de perseguidores y extremistas, porque el sufrimiento de las mujeres suele ser ignorado por todos los que las rodean.  

Al ser más vulnerables en la sociedad, las mujeres y niñas cristianas son más propensas a la persecución.

Las mujeres cristianas tienen más probabilidades de sufrir violencia oculta, como el matrimonio forzado, las agresiones sexuales y el arresto domiciliario, entre otros. Estos tipos de persecución son menos probables en el caso de los hombres, especialmente en los países donde el patriarcado es más fuerte y los hombres mantienen el poder primario, ocupando posiciones de autoridad y privilegios sobre las mujeres.

La doble vulnerabilidad de las mujeres cristianas no excluye la persecución llevada a cabo contra los hombres y niños que también siguen a Cristo. Los hombres y niños cristianos no están exentos de persecución. Tienen más probabilidades de sufrir formas visibles de persecución, como ser agredidos públicamente, asesinados, despedidos del trabajo o encarcelados.

¿Cómo afecta la persecución de las mujeres a los hombres cristianos?

Además de ser perseguidas en niveles más complejos y amplios, muchas mujeres cristianas también son objeto de violencia como forma de atacar a los hombres cristianos. La violencia contra las hijas y esposas de los líderes cristianos también es frecuente, y los extremistas tratan de atacar el bien más preciado de los cristianos: la familia.  

El líder cristiano del sudeste asiático Boutros se negó a dejar de compartir la fe y la palabra de Dios entre los miembros de su comunidad, incluso con la presión de los grupos extremistas. Luego, como forma de atacar al líder y hacer que deje de hablar de Cristo, los yihadistas secuestraron a su hija de 19 años, Lucina. La joven cristiana fue golpeada y obligada a casarse con un hombre musulmán. Lucina fue rescatada sólo tres meses después del secuestro y estaba traumatizada, desnutrida y embarazada.  

La persecución de las mujeres cristianas también se produce como una forma de atacar a los líderes y familias cristianas.

Las mujeres y las niñas como Lucina son utilizadas constantemente para afectar a los líderes y las comunidades cristianas. Muchas autoridades musulmanas animan e incentivan a los hombres a casarse con mujeres cristianas como forma de socavar las comunidades cristianas y aumentar el número de seguidores de Mahoma.

Puertas Abiertas trabaja en las iglesias para formar y equipar a los líderes para que sepan cómo proteger a las congregaciones creando medidas de protección y resiliencia. El trabajo de los colaboradores locales recuerda a los cristianos los fundamentos bíblicos para que se animen a responder a la persecución con amor y solidaridad en su familia y comunidad. 

El objetivo final es que las mujeres y niñas cristianas dejen de ser perseguidas por ser consideradas más vulnerables en la sociedad y tengan garantizados sus derechos y libertades.