Puertas Abiertas • 13 jun. 2021
Martha perdió a miembros de su familia en ataque de extremistas, pero mantuvo su fe y esperanza en Jesús.
Martha es una cristiana de 19 años que estaba visitando a unos familiares en la región de Beni, en la República Democrática del Congo, el 4 de enero de este año. Sin embargo, no sabía que ese día la comunidad de Mwenda, donde vivía, sería atacada por militantes de las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF) que matarían 21 personas, entre ellas cinco integrantes de su familia, como su padre y su madre.
"Aquella mañana, sentí un poco de malestar, pero no sabía lo que estaba pasando. Entonces decidí posponer mi viaje de vuelta hasta el día siguiente", declara. Pero a las 6 de la tarde, mientras los padres y hermanos de la cristiana cenaban fuera de su casa, el pueblo fue invadido por los rebeldes.
Los padres y la cuñada de Marta huyeron a la casa, mientras que sus hermanos corrieron hacia el bosque. Entonces los radicales llegaron a la residencia y asesinaron a todos los que estaban allí, y luego fueron a la puerta de al lado y mataron también al tío y a la tía de la cristiana.
Martha llegó a casa al día siguiente durante el entierro de sus familiares. "No fue fácil soportar todo. Oro para que Dios me ayude a soportar esta situación tan difícil. Me sentí agobiada, confusa, triste y muy sola durante el funeral, a pesar de la presencia de tanta gente", dice.
Abatida, pero fortalecida en Jesús
Sin embargo, Marta intenta aferrarse a Dios y recordar lo que le enseñaron sus padres de confiar en él, que es la fuente de todo. "Si hoy tengo fuerzas para seguir sirviendo al Señor a pesar de lo ocurrido, es por lo que siempre me dijeron mis padres", reconoce la hija menor.
En la actualidad, la cristiana vive con unos parientes en Beni y pide oración por toda la familia, especialmente por el hermano que perdió a su mujer en el atentado y por otro que perdió a su pareja durante el parto. Ambos han empezado a beber en exceso y se niegan a abandonar Mwenda, a pesar del peligro de ataques. "Dicen que prefieren morir allí que vivir en otro lugar con el remordimiento de lo ocurrido. Solo oro para que Dios les ayude a recuperar el control de sus vidas", explica.
Martha trabaja de manera informal para salir adelante, pero sabe que el éxito no consiste en tener dinero o comodidades. Reconoce que es su relación con el Señor lo que la ayuda diariamente. "Por favor, oren para que Dios me ayude a permanecer constantemente en su voluntad a pesar de todo lo que ha sucedido en mi vida y de los desafíos que enfrento. Que supla mis necesidades; que nos siga consolando porque la herida aún no está curada", concluye.
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