Hermana de mujer cristiana también acepta a Cristo

Mientras que Hannah* estaba tratando de seguir a Cristo, parece que el mundo se había vuelto contra ella. Fue golpeada por su misma madre y tuvo que soportar no sólo el dolor físico por las lesiones, sino también el dolor emocional. ""Las mismas manos que una vez me acunaban y acariciaban se volvieron contra mí con tanta fuerza que era difícil de entender. Con la misma intensidad que mi madre me amaba, ella también me odiaba"", dice ella.

""Mi padre simplemente dijo ‘nosotros no somos cristianos’. Y pensé que iba a aceptar. Cuando encontró a los hermanos de la iglesia, él los maldijo y se burlaba de ellos. Un día, estaba tan enojado que apretó mi cabeza en la pared demasiado duro. Mi hermana siempre me persiguió y quería decirles a mis padres mis pasos"", recuerda la cristiana.

""Todo el mundo sabe que no me pueden parar. Yo no reacciono nunca, pero le pido a Dios que me de fuerzas para soportar, y él me da. Mi hermana siempre me perseguía, un día estaba escondida, escuchando las enseñanzas bíblicas y fue muy tocada por la Palabra y por las alabanzas que se dirigían a Jesús"", dice Hannah. Después de unos años, viendo a las dos hijas que asisten a la iglesia, los padres de Hannah decidieron no interferir más. ""Esa es mi recompensa. Sufrí mucho, pero puedo decir que valió la pena"", concluye.

* Nombre cambiado por razones de seguridad.