Heridas cada vez más curadas

Los socios locales hicieron una breve visita a la casa de Meshak. Sus padres y su hermano pequeño estaban sentados al otro lado de la habitación mientras lo esperaban. Perdieron a su tercer hijo en una de las explosiones del atentado de Semana Santa que tuvo lugar en Sri Lanka en 2019. El niño tenía entonces unos diez años. Cuando Meshak entró en la sala, los socios se sorprendieron al verlo en un joven alto.

"Tenía quemaduras en la cara", dijo su madre. Pero ahora han disminuído, se ha curado muy bien. Meshak estaba fuera de la iglesia con sus amigos cuando ocurrió la explosión. El impacto lo lanzó hacia atrás y le produjo quemaduras en el rostro. Aún hay cicatrices, pero están desapareciendo.

Junto con las cicatrices en el rostro de Meshak, el dolor por la pérdida de su hermano menor fue desapareciendo poco a poco. Su madre ahora puede hablar sin caer en lágrimas y ha dicho: "Todos estamos bien". Ella cuida al hermano menor de Meshak, Jehú. El pequeño Jehú va ahora al preescolar.

El padre dirige una peluquería, que es la fuente de ingresos de la familia. La actual crisis económica del país también ha afectado a su negocio. "Los cortes de electricidad limitan el número de horas que puedo trabajar diariamente. Necesitamos energía para encender la mayoría de los equipos y luz para ver bien. Así que sólo podemos trabajar durante las horas en las que tenemos electricidad", compartió. A pesar de los desafíos, Dios ha velado por esta familia.

"Me siento solo sin mi madre"

Los socios locales también visitaron el hogar de Prashanth, padre de cuatro hijos, que perdió a su esposa Girija en los atentados de Semana Santa. Mientras estaba trabajando, los socios hablaron con su hija, Dukashini, su segundo hijo, Sarukesh y su abuela. Dukashini resultó ser una chica hermosa. Sus ojos estaban muy brillantes y emocionados mientras se reían de las travesuras de su hermano pequeño, que empezó a ir al colegio este año.

Sarukesh no va a la iglesia a menudo. No puede participar en las clases en línea porque solo tienen un celular y lo ocupa su padre, que sale a trabajar. "Por eso, sólo asisto a las clases los domingos. Así que no voy a la iglesia siempre", dijo. Mientras que Dukashini y su hermano menor parecen estar mejor ahora, Sarukesh permaneció callado y retraído. Sin embargo, cuando uno de los socios tuvo la oportunidad de hablar con él a solas, el chico se sinceró sobre sus dificultades. "Me siento solo sin mi madre", compartió entre lágrimas. La pérdida de su madre sigue doliendo, incluso tres años después.

Uno con ellos

Al igual que las familias de Meshak y Prashanth, los cristianos de todo el mundo son víctimas de violencia simplemente por creer en Jesús. El atentado de Sri Lanka, con numerosas víctimas, fue uno de los más relevantes de los últimos tiempos. ¡Ayuda en las necesidades de estos cristianos! Con una donación, puedes satisfacer sus necesidades físicas.