Frío intenso aumenta el sufrimiento de los refugiados

Lo que usted va a leer ahora es uno de los episodios de vida de una cristiana, que ilustra el dolor de la persecución en pocas palabras. Ella vive en una tienda en un campo de refugiados, en Aleppo, la segunda mayor ciudad del norte de Siria. En reciente conversación con el equipo de Open Doors, ella habló sobre como extraña a su hija Arwa: ""Mi hija nació y murió en esta tienda. Ustedes no tuvieron la oportunidad de conocerla, pero si hubieran visto a la bella Arwa, la habrían amado"", dijo la cristiana.

Ella lamenta no tener una sola foto de la niña: ""Mi hija vino a este mundo y fue llevada por Dios sin que tuviésemos la oportunidad de sacar solo una foto. El mundo puede no saber de su existencia, porque las personas de nuestro pueblo se volvieron solo números, que disminuye o aumenta. Pero para nosotros, los sirios, ella fue una bendición"".

Con solo cuatro meses, la pequeña Arwa no soportó el frío intenso. ""Intentamos de todo para calentarla. Yo imploré por un lugar más seguro para protegerla de las fuertes lluvias, y también pedí un cobertor para envolverla, pero a nadie le importó. Nuestra situación es muy precaria"", revela y continúa: ""Yo corrí para el hospital más cercano, porque el frío empeoraba cada día, pero después de examinarla, los médicos dijeron que ella no estaba enferma, pero que sus pulmones simplemente no soportarán la baja temperatura, y después de media hora ella murió"".

Desgraciadamente, situaciones como estas están sucediendo en Siria, a causa de las tormentas acompañadas de nieve, lo que hace aumentar aún más el sufrimiento de los refugiados. En los campamentos, donde la pobreza prevaleció, la única cobertura que los cristianos poseen son las tiendas y las estufas están apagadas por que no hay combustibles que las alimenten.

Nosotros, cristianos libres tenemos libertad de servir a nuestro Dios y aun tenemos el privilegio de no enfrentar temperaturas tan extremas. Nuestro mayor presente a nuestros hermanos sirios es la oración. Somos un solo Cuerpo y no podemos dejarlos solos en estos momentos. Interceda con nosotros para que la cobertura de Dios esté sobre la vida de ellos y que, a pesar de todo, ellos sean constantes en su fe en Cristo.