Puertas Abiertas • 25 feb. 2015
Nadie notaba aquel grupo de extranjeros andando por las calles de cierto país norteafricano. ""Es solo un grupo de visitantes conociendo la región. Talvez estén realizando negocios"", algún observador podría pensar. Sí, ellos estaban haciendo negocios, pero eran negocios secretos. Sólo sabían que 500 ejemplares del Nuevo Testamento habían atravesado el océano y ahora estaban entre las ropas dentro de sus maletas. La verdad, no eran apenas ellos que sabían. Otra persona, en el mismo país, también sabía de aquella carga preciosa. Ella iría recibir aquellos libros. La alegría de tener la Palabra de Dios en sus manos superó todos los temores que pudiesen venir a su corazón: el riesgo de ser multado, preso y fichado por las autoridades como un cristiano cómplice de contrabando. La situación – si no fuese lo suficiente peligrosa – aún tenía otro agravante. Los ejemplares del Nuevo Testamento estaban escritos en el idioma oficial. Aunque eso los tornase más preciosos a los ojos de los cristianos locales, para las autoridades esa característica dejaría el crimen aún más grave. Materiales escritos en otros idiomas pueden ser entregados sin gran dificultad para las iglesias, pues ni todos serían capaces de leerlos. Pero las publicaciones en árabe tienen más control por causa de su fácil divulgación y circulación. Transportando la Palabra Mucha oración fue realizada antes de esta entrega. Los contrabandistas de Biblias estaban nerviosos. Era la primera vez que ellos hacían una cosa como ésta, pero aun así ellos sabían el riesgo que corrían. A cada momento ellos eran incomodados por la duda. ""¿Y si alguien descubre los Nuevos Testamentos en nuestras maletas?"" Las consecuencias que ellos podrían sufrir eran muy grandes: el material sería decomisado por la policía y ellos serían deportados. Pero y los cristianos, que hace tanto tiempo esperaban tener una Biblia, ¿cuándo ellos tendrían una nueva oportunidad de recibir una? En el aeropuerto, las maletas pasaron por la inspección de equipaje. Escalofríos corrieron por el cuerpo de los visitantes. Pero, milagrosamente, nada fue notado: 500 copias del Nuevo Testamento pasaron desapercibidos. Uno de los entregadores dijo: ""El Señor realmente bendijo esta operación; él cegó los ojos de las personas, para que ellas no pudiesen ver los materiales cristianos."" El cristiano árabe estaba muy ansioso también. La Iglesia del país no tenía un crecimiento acelerado, pero cada recién convertido se mostraba deseoso de aprender más sobre Dios y quería conocer más su Palabra. Distribuyendo la Palabra Su sorpresa fue enorme al ver la cantidad de ejemplares que había sido traída para dentro del país. ""¡Este fue el mayor lote de Nuevos Testamentos que ya entró en el país de una sola vez!"", él dijo. Los visitantes quedaron más agradecidos a Dios, percibiendo que su cuidado iba más allá de lo que ellos esperaban. El siguiente paso sería llevar los libros para otras localidades del país. Esto sería un trabajo delicado a ser ejecutado por el cristiano árabe, pero su gratitud por recibir las preciosas Escrituras no podía ser expresada con palabras: ""Muchas gracias por traer estos libros. ¡Esto va tener una repercusión sin fin. Gracias a Dios por esto!"". La participación de Open Doors terminó allí. Apenas el cristiano árabe podría concluir la entrega de los 500 ejemplares. Cada libro necesita llegar en buen estado a las manos de otro cristiano. Esto no es muy fácil, porque algunos de nuestros hermanos en estos países norteafricanos tienen miedo de ser arrestados reunidos con otros cristianos. Esto también impide el distribuidor de saber exactamente cuáles son los lugares donde la Palabra de Dios es más escasa. El contrabando de Biblias hace parte de la historia de Open Doors. Su fundador, el Hermano Andrés, fue el primero en contrabandear Biblias a los cristianos perseguidos. Los desafíos mudan de tiempo en tiempo, pero Dios ha llamado más ""contrabandistas"" dispuestos a llevar y recibir su Palabra. ""Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz,?del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: ¡Tu Dios reina!"" Isaías 52.7
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