Existen por los menos 21 cristianos presos en Irán

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El tratamiento médico a menudo se retiene. Repetidamente, la negativa a ofrecer tratamiento por afecciones médicas es una queja constante de los cristianos iraníes que están presos por causa de su fe en Cristo. El actual prisionero Naser Navard Gol-Tapeh, también condenado a 10 años en la prisión de Evin por dirigir una iglesia en casas, comenzó a cumplir su sentencia en enero. En mayo, se informó que si Naser no recibiese tratamiento médico que había sido pedido en numerosas ocasiones, él corría el riesgo de perder los dientes.

Los términos de la prisión para los cristianos son cada vez más largos. En mayo, Miles Windsor del grupo de defensa Middle East Concern le dijo a la agencia de noticias Mission Network News: "El número de cristianos encarcelados en Irán por causa de su fe ha aumentado consistentemente en un número considerable", dijo Windsor, "la duración de la sentencia parece haber aumentado también, desde el año pasado".

Los prisioneros a menudo son torturados física y mentalmente. Son sometidos a interrogatorios casi a diario, palizas prolongadas, y obligados a soportar actos retorcidos de persecución. Mientras estaba en la cárcel, el maestro de la iglesia y ex prisionero Morad contó cómo los guardias le traían el té, pero no le permitían ir al baño. Los ex prisioneros denuncian privación del sueño y amenazas de daño a los miembros de la familia, así como presión para retractarse de su fe. Algunos cristianos detenidos en la Sección 209 de la prisión de Evin han sufrido hasta 34 días en confinamiento solitario.

Cualquier solicitud de literatura cristiana es rechazada.

A la pena de prisión a menudo le siguen dos años de exilio interno. Incluso después de que un prisionero cumple su sentencia completa, no son libres. El pastor Yousef y su amigo y líder de la iglesia en la casa, Mohammad Reza Omidi, entre otros, fueron condenados a dos años de exilio interno. Ellos cumplirán esta sentencia en el sur de Irán, lejos de sus familias en Rasht.

Es decir que, aunque los cristianos, reciban la liberación de la prisión, ellos no tienen libertad. Cuando se libera a los cristianos, a menudo es mediante el pago de una fianza exorbitante, que varía desde unos pocos miles de dólares hasta las escrituras de una casa. Si los cristianos deciden continuar reuniéndose para orar y leer la Biblia, ellos continuarán enfrentando más arrestos y juicios. S muy común también, que la policía se comunique con los empleadores y los instruyan para despedir al "supuesto apóstata".

En la actualidad, se estima que 21 cristianos están cumpliendo penas de prisión, a menudo sufren en condiciones inhumanas. Y se estima que otros 15 se encuentran a la espera de sus apelaciones, orando para que de alguna manera puedan encontrar la verdadera justicia.

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