Elegido para servir a Dios

Los budistas tienen afinidad por los espíritus, después de todo, veneran las imágenes, adoran a la muerte y tienen santuarios para los demonios. El pastor Dano*, de 60 años, vive en Myanmar y sabe que las fortalezas espirituales no se pueden romper fácilmente y que la batalla es real. “Soy de las montañas Chin y mis padres solían practicar animismo (Creencia que atribuye a todos los seres, objetos y fenómenos de la naturaleza un alma.) Después de que se hicieron cristianos y yo comencé a acompañarlos a la iglesia los domingos. Acepté a Cristo como mi salvador, y en ese momento, me di cuenta de que Dios me había llamado a trabajar en el ministerio. Cuando salí de la escuela, debido a las limitaciones financieras de mi familia, decidí alistarme ". 

Cuando ingresó al ejército, entrenó y fue enviado inmediatamente al frente de la batalla contra los rebeldes chinos. Sirvió durante ocho años en el ejército, experimentando combates y tiroteos, además de presenciar la muerte de muchos camaradas en el campo de batalla. “Estaba posicionado en primera línea. Había un soldado experimentado delante de mí y otro detrás. Los enemigos nos tendieron una emboscada, nos dispararon y explotaron minas terrestres. Descubrí que murieron 120 nuevos soldados. Los soldados delante de mí y detrás de mí fueron asesinados por la explosión de minas terrestres. Sobreviví, y desde entonces supe que Dios me estaba protegiendo ". 

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Dano cree que Dios preservó su vida de la muerte en el campo de batalla con un propósito. “Está escrito en la Biblia que Dios protege a los que elige. Creo que Dios me eligió para hacer este trabajo y servir a la gente ". Después de retirarse del servicio militar, obtuvo una licencia para exportar madera a Tailandia. Disfrutaba la vida, pero no tenía paz mental, ya que un sentimiento de deber incumplido lo rodeaba. Entonces fue a un pastor en Tachileik y le pidió que orara por él. 

“Mi espíritu y mi alma anhelaba la paz. La comida espiritual que recibí cuando estaba en adoración y compañerismo nutría mi alma. Cuando el pastor oró por mí, sentí que todas mis dudas y preocupaciones desaparecieron. Mi espíritu estaba alto y estaba lleno de paz ”, compartió Dano. Vivió con su pastor por un tiempo y comenzó a asistir a la iglesia nuevamente. “Mis amigos dijeron que había cambiado, que parecía estar en paz. Entonces les dije que si querían ser como yo, debería acompañarme a la iglesia ”. En ese momento, su fe fue renovada. 

* Nombre alterado por seguridad. 

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