¿El Ramadán importa para los cristianos?

En este mes (del 5 de mayo hasta el 4 de junio) sucede el Ramadán, que es uno de los cinco pilares del islam, es decir, uno de los cinco rituales que deben ser practicados por todos los seguidores de esa religión. Se caracteriza por ser un ayuno total del amanecer hasta la puesta del sol de cada día, realizado por musulmanes en todas partes del planeta por un mes. El ayuno se entrega cada día con una comida en familia y se permite comer durante la noche y madrugada hasta antes de la salida del sol del día siguiente.

Pero ¿por qué estamos hablando del Ramadán?

Porque muchos cristianos viven en países islámicos, donde los musulmanes son la mayoría. Muchos de nuestros hermanos se enfrentan a la opresión islámica como tipo de persecución. Así, el Ramadán afecta directamente a la Iglesia Perseguida en los países de mayoría musulmana. En el Ramadán, los musulmanes se sienten más unidos que nunca en una comunidad global. Este sentimiento da espacio a un exclusivismo religioso, en el que todos los que no practican esa fe son vistos como infieles y, en casos más extremos, dignos de algún tipo de castigo.

Así, es inaceptable para la mayoría musulmana de un país islámico que los no musulmanes puedan comer mientras ellos ayunan. En Túnez, por ejemplo, el ex ministro Lotfi Brahem afirmó: "El 99% de los tunecinos son musulmanes, entonces la minoría que no está ayunando debe respetar la mayoría", y respetar, en el caso, significa abstenerse de comer o beber en lugares públicos. A pesar de que la Constitución garantiza la libertad religiosa, la presión social para observar el Ramadán es fuerte en el país y los cristianos ex musulmanes se enfrentan a la oposición de la familia y la comunidad, generalmente con violencia.

"No por fuerza"

En 2018, los no musulmanes de Túnez acudieron a las calles para protestar contra el cierre de restaurantes y cafeterías durante el Ramadán, informó el diario New York Times. Cerca de cien manifestantes comenzaron el primer día del Ramadán tomando agua y comiendo sándwiches en el centro de la capital Túnez a mediodía. La protesta fue titulada mish bessif, que significa "no por fuerza" en árabe. Los manifestantes argumentaban que no podían ser forzados a ayunar.

En el Ramadán del año pasado, se registraron tres incidentes de agresión a cristianos en Egipto. Uno de ellos sucedió cuando el fotógrafo Hani Shamshoun Girgis, de 31 años, estaba en la estación de tren camino del diario Tahrir, donde trabaja. Un policía se acercó y pidió su cedula de identidad. Cuando vio que Girgis era cristiano (lo que se especifica en el documento de identidad), comenzó a revistar su bolsa y encontró una botella de agua. Girgis fue entonces llevado a la comisaría tras ser insultado.

En la comisaría, se confirmó que fue arrestado a causa de la botella de agua encontrada en su bolsa. "Me quedé en la comisaría más de dos horas, y me trataron de forma muy humillante. En el trabajo yo no como ni bebo delante de mis colegas musulmanes como una señal de respeto ", afirmó el fotógrafo. El editor del periódico donde Girgis trabajó tuvo que asistir a la comisaría para que el fotógrafo fuera suelto.

Una luz en las tinieblas
La historia de Maysam que está en nuestra página especial nos recuerda que la enseñanza de Cristo dice que los cristianos son luz en donde estén. El mismo Jesús dijo que “No se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa.” La iglesia de Cristo, aun bajo persecución, es la luz en medio a las tinieblas de la religiosidad de los países donde opera la opresión islámica.

En este año, invitamos a todos los cristianos de Latinoamérica a encender una luz en el mundo musulmán. Tu oración puede alentar, fortalecer y hacer brillar a un hermano en una de estas naciones. Únete a nosotros en 30 días de oración a través de nuestras redes sociales. Vamos a pedir a este "Hombre de luz" que fortalezca a nuestros hermanos en países musulmanes, para que brille su luz “delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” (Mateo 5.17)