Puertas Abiertas • 25 ago. 2017
Cuando explotó una bomba muy cerca de Samiha en la iglesia, todos pensaban que ella estaba muerta. Pero, aunque ha quedado con graves secuelas en su rostro, ella sobrevivió y ahora testifica la presencia de Jesús a lo largo de su recuperación.
En agosto del 2016, Samiha y su esposo, Qalini, se preparaban para ir a la iglesia. Al llegar allí, se sentaron en lugares separados. Ella se quedó con las mujeres y el esposo se sentó en el lado de los hombres. Alrededor de las 10 de la mañana, un hombre entró del lado en donde estaban las mujeres y aquel momento de paz y alegría acabó. Después de la exposión de la bomba, Qalini buscó a su esposa y no pudo encontrarla por horas, pues, las mujeres estaban heridas, lo que dificultaba la identificación.
Esperanza renovada
Después de unas horas, Samiha fue encontrada por el esposo en el hospital, aún con viva. Los médicos no creían en la recuperación de la cristiana perseguida, pues sus heridas en la cara y la cabeza eran muy graves. ""Los médicos ya me habían colocado en la lista de los fallecidos y sólo iban a comprobar de vez en cuando si yo ya estaba muerta. Pero yo sentía a Jesús conmigo todo el tiempo y Dios tenía planes diferentes para mí "", dice la cristiana.
En agosto de 2017, Puertas Abiertas los visitó y encontró una pareja alegre y llena de esperanza. A pesar de las secuelas de las heridas, ella está viva y agradecida al Señor. Samiha deberá someterse a algunas cirugías que ayudarán su recuperación. Ella sabe que será un momento difícil, pero está segura de que Jesús estará a su lado, como siempre.
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