Puertas Abiertas • 3 sep. 2020
Después de perseguir a su hermano durante 20 años, un musulmán se enferma y abre su corazón para escuchar el evangelio (foto representativa)
Desde 1991, se celebra el Día de la Independencia de Uzbekistán. El país que ocupa el puesto 18 en la Lista de Persecución Mundial 2020, es uno de los más peligrosos de Asia Central para los cristianos, que son considerados como amenazas por el gobierno, la familia y las comunidades islámicas. Para el pueblo uzbeko, la identidad nacional está completamente ligada a la religión musulmana. Por lo tanto, cuando una persona decide seguir a Cristo, se le considera un traidor, enfrentando el rechazo y los ataques. Aziz* ha experimentado la oposición de sus parientes desde que conoció a Jesús, especialmente de su hermano mayor.
Al visitar a sus padres y otros parientes, el cristiano ex-musulmán trató de encontrar a su hermano mayor, que vivía en el mismo pueblo. Pero el deseo era imposible de cumplir, ya que el hermano estaba constantemente enfadado con Aziz y siempre decía: "Vete, ¿qué haces aquí? ¡No quiero tener nada que ver contigo!". La distancia entre ellos duró 20 años.
Pero hace cuatro años, el sobrino de Aziz (hijo del hermano mayor) también entregó su vida a Jesús y, por miedo a la reacción de su padre, buscó a su tío, junto con su esposa e hijos. Cuando el hermano mayor se enteró, llamó amenazando a los seguidores de Cristo: "¡Si mi hijo está en su casa, prenderé fuego allí, con todo y todos dentro!”
El sobrino de Aziz huyó junto a su familia, pero poco tiempo después su padre los ubicó y los atacó severamente. "Al llegar al hospital fue necesario operar su rostro por múltiples heridas", explica el cristiano. A pesar de la oposición de su hermano, Aziz animó a su sobrino a buscar a su padre y a reconciliarse con él. Entonces, hace un año las cosas empezaron a cambiar.
El trabajo de Dios a lo largo del tiempo
Aziz recibió de parte de su hermano una bolsa con cuatro panes, pasas y un sombrero. En la cultura uzbeka, regalar pan significa estar conectado con esa persona. Dias despues, el musulmán se enfermó y no consiguio levantarse de la cama. “Lo visité y le pregunté si podía orar por él. Y por primera vez me dio la oportunidad de hablarle sobre Jesus. La última vez que intenté hablarle, se fue de casa, porque no quería escuchar nada al respecto. Ahora no puede ir a ningún lado debido a la enfermedad ”, dice Aziz.
El cristiano cree que Dios ha quebrantado el corazón de su hermano. "El corazón de mi hermano mayor se está abriendo cada vez más. Ahora se mantiene en contacto con su hijo y conmigo", concluye. Aziz pide oración a los hermanos de todo el mundo para que sus otros parientes se entreguen a Jesús.
*Nombre alterado por seguridad.
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