Cuando nos vamos a dormir, no sabemos si estaremos vivos al día siguiente

El pastor Jeremiah nos comparte los dolorosos recuerdos de un ataque y los efectos que continúan afectando a su comunidad cristiana.

Puertas Abiertas • 4 jul. 2021


En el ataque, los extremistas fueron de casa en casa, quemando todo lo que encontraban a su paso.

En el ataque, los extremistas fueron de casa en casa, quemando todo lo que encontraban a su paso.

Cuando nos vamos a dormir, no sabemos si llegaremos vivos al día siguiente”. Mientras el pastor Jeremiah dice estas palabras, está sentado entre paredes de barro en ruinas, ennegrecidas por las marcas de las quemaduras. 

Este era su hogar...

Su pueblo fue atacado en abril de 2020, en el marco de una ola masiva de violencia contra los cristianos en el Cinturón Medio de Nigeria. Los pastores militantes Fulani introducen su ganado en las regiones donde los cristianos han vivido durante generaciones. Para apoderarse de sus tierras y cultivos, emplean medios violentos, matando y destruyendo.

No todos los fulani son militantes. Son los radicales dentro de los fulani los que atacan específicamente a los cristianos. Queman iglesias y atacan brutalmente a las comunidades cristianas, mientras que las comunidades musulmanas cercanas que en su mayoría viven en paz con sus vecinos cristianos no suelen verse afectadas. Esta violencia ejerce una enorme presión sobre las relaciones entre pastores y agricultores, y es aprovechada por los líderes políticos y religiosos que impulsan un programa de islamización radical.

El pastor Jeremiah esta usando una camisa abotonada de color canela y una camiseta basica debajo. Tiene la voz de un pastor, suave pero firme, incluso cuando comparte los dolorosos recuerdos de los ataques y los efectos persistentes que continúan afectando su comunidad cristiana. 

"Le hemos pedido al gobierno que intervenga, pero no han hecho nada", dice Jeremiah. "Seguimos orando para que los militantes fulani cambien su forma de actuar, porque algunos de ellos fueron obligados a hacerlo, mientras que otros endurecieron su corazón para hacer este mal". "nada es imposible para Dios", concluye el cristiano como si estuviese hablando de sí mismo.

Debido a su remota ubicación, la aldea del pastor Jeremiah, en la zona de Kufana, en el norte de Nigeria, es más susceptible a los ataques de los militantes fulani. No hay electricidad, ni pozos de agua potable, ni carreteras, y los rodea una densa selva.

Victima de un ataque

Casa del pastor Jeremiah después del ataque de extremistas. 

El 23 de abril de 2020, alrededor de las 4 de la tarde, los habitantes del pueblo del pastor Jeremiah escucharon disparos cerca. Sabían que un ataque era inminente. "Le dijimos a nuestras mujeres y niños que fueran al pueblo de al lado, mientras los hombres se quedaban de guardia", cuenta el pastor. En los 15 minutos siguientes, los fulani armados rodearon el pueblo.

El pastor recuerda que muchos de los atacantes eran altos y llevaban uniforme. Se acercaron portando armas automáticas y antorchas. Abandonando toda esperanza de proteger su pueblo, los hombres se dispersaron frenéticamente en diferentes direcciones mientras huían. Algunos entraron a la selva, otros se escondieron detrás de rocas y otros trataron de correr hasta el siguiente pueblo. Algunos no lograron salir con vida. El pastor Jeremiah recuerda las balas que volaban sobre su cabeza mientras corría.

Sistemáticamente, los atacantes fueron de casa en casa, incendiando todo lo que encontraban a su paso. También fueron al edificio de la iglesia del pastor Jeremiah, donde apilaron sillas de plástico en el interior y las amontonaron sobre los bancos de madera. Luego prendieron fuego a las sillas para crear una tormenta de fuego y destruir la iglesia. Pero los bancos no se incendiaron.

"Dios, a su manera divina, permitió que sólo ardieran en llamas y se derritieran las sillas de plástico en lugar de los bancos de madera y el techo", comparte el pastor Jeremiah.

A la mañana siguiente, el pastor Jeremiah y los demás regresaron a su pueblo. "Todo lo que vimos fue fuego y humo saliendo de las casas y de los granos almacenados", cuenta Jeremiah al recordar la escena. "Los que estaban cerca empezaron a verter agua en sus campos para salvar sus granos, para tener algo que comer, aunque fuera poco".

Las casas estaban destruidas, sin tejados, y las paredes de ladrillos de barro estaban llenas de manchas negras de los incendios. El pastor Jeremiah caminó por el exterior de su casa. y tristemente solo vio un marco sin puerta; una casa sin techo y mucha ceniza y el hollín cubriendo el suelo.

"Los extremistas hicieron esto porque quieren ser dueños de esta zona", dice. "Por eso atacaron. Pretendían matar a todos los habitantes. Pero Dios no permitió que eso sucediera".

Como la serpiente y el hombre

Casa del pastor Jeremiah después del ataque de los extremistas.

El pastor Jeremiah entró a su casa, colocó las manos en las paredes, que ahora estaban frágiles, incluso arrancó algunos escombros con los dedos. Este tipo de persecución violenta forma parte de la vida de muchos cristianos en Nigeria hoy en día, en el país que ocupa el 9º lugar en la Lista Mundial de la Persecución 2021 de Puertas Abiertas. Incluso durante la pandemia del coronavirus, los ataques mortales aumentaron en toda la región.

"Antes hablábamos libremente con los militantes Fulani, pero ahora nos hemos vuelto como la serpiente y el hombre: cuando le das la mano a la serpiente, te la muerde. Esto se ha convertido en algo pesado para nosotros", comparte Jeremiah.

A pesar de este terrible ataque, el pastor sigue guiando a su gente hacia la esperanza, recordándoles que han sobrevivido por la gracia de Dios y que el Señor todavía tiene planes para ellos. Planes para glorificar su nombre.

"Debemos dar gloria a Dios. Él está vivo y nos ayudará", añade Jeremías. "El nos protegerá igual que una gallina, que abre sus alas para cubrir a sus crías". El temor a más ataques siempre acecha, pero Jeremiah dice que los cristianos de su zona y de los alrededores nunca han luchado llevando armas para matar a la gente. "Aunque podemos morir, estamos en manos de Dios", dice.

Esperanza para los cristianos de Kufana

Cristianos escuchando al pastor Jeremiah orar en un culto al aire libre después del atentado.

Después de que Puertas Abiertas se enterara del ataque, nuestros socios ayudaron al pastor Jeremiah y a los demás creyentes que viven en los alrededores de Kufana con una ayuda fundamental para comprar alimentos, medicinas y materiales para reconstruir sus casas, además de apoyo espiritual y atención a traumas para ayudar a animarles en su fe y fortalecer la iglesia en esta zona. "Si no hubieran venido, habríamos sufrido aún más", dice el pastor Jeremiah. "Puertas Abiertas, en nombre de mi pueblo, les decimos: gracias".

Los cristianos de Kufana representan a cientos de miles de creyentes en toda Nigeria y el África subsahariana. Arriesgan sus vidas cada día para vivir su fe en Jesús en regiones hostiles al evangelio. Su necesidad de apoyo, asesoramiento de traumas, discipulado y ayuda de emergencia es fundamental. Algo muy importante a tener en cuenta es lo que este apoyo representa: la comunión.

"Dios nos ha permitido tener comunión entre nosotros", dice el pastor Jeremiah, hablando directamente a los cristianos que han orado y enviado apoyo a su pueblo. Incluso con todas nuestras diferencias, juntos, por Él, somos Uno".

Ora con el pastor Jeremiah 

El pastor Jeremiah nos comparte algunas peticiones de oración y nos invita a orar juntos. 

  • Oremos por los cristianos de Kufana que están regresando y reconstruyendo tras este violento ataque de los militares Fulani. Pide a Dios que les dé fuerza y fe para seguir reuniéndose como iglesia y ser la luz para Cristo en la región.
  • Oremos por los que han perdido a sus seres queridos en el ataque. Pide a Dios que les dé consuelo y paz para que descansen en Él.
  • Oremos para que el gobierno nigeriano haga más para intervenir y proteger a la comunidad cristiana de los militantes violentos. Oremos también para que el gobierno llegue a estas comunidades con ayuda y recursos para reconstruir.
  • Oremos por nuestros socios en Nigeria, para que Dios les dé sabiduría cuando ofrezcan apoyo, asesoramiento de traumas, discipulado y formación.

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