Viuda cristiana cuenta cómo perdió a su marido

La historia de Débora se parece a la historia de muchas otras viudas africanas. Su marido fue asesinado en un ataque de extremistas islámicos en 2008. Culturalmente, la familia del marido asesinado debe cuidar de su esposa e hijos, pero en la práctica muchas familias hacen exactamente lo contrario. Ellos roban todo lo que pueden de la viuda y luego la expulsan.

Esta es la historia de Débora. Ella estaba en su límite, y dejó de tener esperanza en la vida, cuando encontró fuerza y refugio en el taller de asesoramiento post-trauma ofrecido por Puertas Abiertas. Ella nos contó cómo sucedió todo.

""En esa mañana de 2008, un grupo de extremistas musulmanes comenzaron a quemar casas, disparar y matar a las personas de mi barrio. Yo coloqué a mi bebé en la espalda, abrí la puerta y yo y mi marido salimos de casa. Cuando salimos de casa para huir, me dispararon en el brazo y también a mi esposo, en el pecho. Él cayó, diciendo mi corazón, mi corazón"", recuerda Débora. ""Él tuvo fuerzas suficientes para despedirse de mí, diciéndome que necesitaba ser fuerte y valiente. Él también me dijo que Dios estaría conmigo"".

Después que las cosas se tranquilizaron en la ciudad, sus cuñados intentaron que ella saliese de la casa donde vivía, para que ellos pudieran ganar dinero alquilando o vendiendo el inmueble. ""Ellos no se importaban conmigo. El hermano mayor de mi hermano siempre me insultaba, diciendo que me iban a expulsar de la casa. Entonces cedí y me mudé con mi bebé a una casa alquilada "", cuenta la cristiana.

Un tiempo después, cuando empezó a participar en el asesoramiento post-trauma, Debora percibió que no estaba sola. Ella descubrió que esas cosas suceden con muchas otras mujeres. Ella comparte que antes del taller, no veía esperanza en la vida. ""Pero ahora mi vida es totalmente diferente. Estoy muy agradecida por los consejeros; las personas que ni me conocían, pero aun así se importaban conmigo. Por causa de su amor a Dios, ellos cuidaban de mí. Ahora yo pienso: ‘¡Señor, tú estás vivo! ¡Ahora mis lágrimas no son más de tristeza y sí, de alegría!’, celebra la viuda. Débora también recibió ayuda de Puertas Abiertas con alimentos y los pagos de la escuela de su hijo. ""Ellos cambiaron mi vida e historia. Sólo puedo decir Gracias.

• Alaba a Dios por la provisión en todos los aspectos en la vida de Débora. Agradece también por los recursos y proyectos que ayudan a tantas viudas en el norte de Nigeria.

• Ora para que Dios trabaje en el corazón del hijo de Debora, para que él también conozca a Dios y comparte la esperanza que tenemos en Cristo con otros.

• Pide a Dios que continúe confortando y alentando a Débora ya las otras viudas, y que ellas también puedan confortar a otras.

• Agradece a Dios por la diferencia que el taller de consejería post-trauma está haciendo en la vida de cristianos perseguidos en el norte de Nigeria. Ora por todos aquellos que trabajan en ese ministerio.