Puertas Abiertas • 15 dic. 2017
Ella es una madre latina como muchas de las que conoces: casada, tres hijos, un hogar para organizar y una larga lista de tareas para realizar durante el día. Esta es Silvia, cristiana perseguida en una comunidad indígena de México. Como muchos que conocieran a Jesús en estos lugares, Silvia vivió y enfrentó la persecución de su pueblo y sus parientes después de escuchar y aceptar las buenas nuevas de salvación.
Junto a su esposo, Leopoldo, recibieron a Cristo como único salvador en el 2002. Ella nos cuenta: ""Llegaron unos hermanos que evangelizaban en las comunidades y mi familia escuchó de Jesus por primera vez. Me impresionaba cómo cantaban y vivían la Palabra de Dios"". La familia de Silvia formó parte del primer grupo de cristianos evangélicos en la comunidad de San Juan Ozolotepec, en el estado de Oaxaca. Y después de algunos años construyeron un templo con sus propias manos y recursos.
Después de muchos conflictos con el liderazgo de la comunidad debido a su nueva fe, episodios que ocasionaron la expulsión de muchos cristianos de San Juan, Leopoldo y Silvia se encontraron con la tarea de liderar a la iglesia. ""Fue en ese momento que las dificultades comenzaron. Fuimos amenazados de todas formas. Nuestra casa, el templo de la iglesia y el carro que teníamos fueron destruidos. Fui obligada a enviar mis hijos a la casa de mis parientes en otra ciudad, por el miedo de que les ocurriese algo malo. En aquel momento pensé: ‘si yo supiera que todo esto me iba a ocurrir por recibir a Jesucristo, nunca lo haría. Pero al mismo tiempo, el Espírito Santo consolaba mi corazón y yo sabía que Dios estaba conmigo. Yo creí que iba a perder todo, incluso mi esposo."" Leopoldo fue sacado a fuerza de su casa por el pueblo, golpeado cruelmente y colocado en la cárcel"".
Durante los cuatro días que Leopoldo estuvo preso, Silvia también tuvo que permanecer encerrada en su casa, vigilada por una multitud que la rodeaba y que quería golpearla de la misma forma que lo hicieron con su esposo. En medio de la confusión, ella decidió no mirar hacia atrás: ""El pueblo nos atacó con piedras, nos arrojaban las piedras como lluvia, pero ninguna nos tocó. ?Fui, junto con mi esposo e hijos, expulsada de la comunidad y solo el Señor podría darme las fuerzas para seguir liderando los hermanos que estaban con nosotros, porque ya lo habíamos perdido todo. La oración y la Palabra de Dios me fortalecieron. Decidí no retroceder. Solo yo sabía la transformación que Jesus había hecho en nuestra familia y en mi matrimonio. Mirar para atrás no era una opción.""
Silvia y su familia nunca más podrán regresar para su comunidad. Hoy, ellos viven alejados de su ciudad, en Mihuatlán, en otra parte de Oaxaca, donde también pastorean una iglesia. ""Esta es la realidad de muchos de nuestros hermanos indígenas en México, que son expulsados por causa de su fe. Al gobierno no le interesa ir en contra las autoridades locales y hasta ahora los cristianos siguen siendo maltratados, discriminados y expulsados de sus casas y terrenos por creer en Cristo. Pero, yo le doy gracias a Dios porque aun así ellos continúan creyendo y sirviendo a Dios"", concluye Silvia.
Silvia pide que oremos por ella ¿Puedes separar unos minutos para interceder por ella?
Banco Estado | Nº 3477 1228 854
Misión Puertas Abiertas
RUT 65184324-3
Cuenta vista o Chequera Electrónica
Sucursal Tajamar
Casilla N° 261
Av. Providencia, 1466
Santiago - Chile
Teléfonos:
(+55) 11 99629-9010
(+56) 9 9968- 2161