Sembrando para una buena cosecha

Cuando la persecución alcanza un contexto de guerra y conflictos, la situación para las minorías, incluyendo a los cristianos, pasa a ser aún más delicada. Nuestros hermanos en Irak y Siria se enfrentan a esta realidad hace algunos años y tienen que lidiar con el desafío de criar a sus hijos de forma que no pierdan su inocencia, ni su infancia y que crezcan en el camino del Señor. Pero, ¿cómo es esto posible en medio del caos que las dos naciones enfrentan?

En octubre, contaremos cómo los padres, con la ayuda de Puertas Abiertas y de socios locales, han logrado enfrentar ese desafío. Ellos saben que no están solos porque a través del apoyo de personas como tú, los niños reciben apoyo, base bíblica y el incentivo para un futuro mejor. Así, ellas tienen su niñez y esperanza rescatadas.

Además de ver cómo estos pequeños reciben ayuda, les contaremos hermosos testimonios de cómo niños latinoamericanos son impactados con las historias de la Iglesia Perseguida. Jesús comparó el Reino de los cielos a una semilla de mostaza. A pesar de ser pequeña ella crece y se convierte en un gran árbol. Dios tiene el poder para generar frutos aun cuando la semilla es plantada de la forma más sencilla, si ella es plantada con amor, ella dará fruto. Para saber más sobre los niños de la Iglesia Perseguida, no dejes de acompañarnos a lo largo de este mes.

Tú puedes hacer más por ellos. Ayuda a que los niños de hoy sean los cristianos maduros de mañana a través de tu oración y contribución. A través de ella, estos pequeños experimentan una nueva perspectiva ante la dura realidad en que viven. Hemos hecho mucho, pero todavía queda mucho por hacer. Únete a nosotros en esa lucha y permita que la esperanza llegue hasta ellos.

También puedes levantar tu voz en favor de ellos
Los cristianos en Irak y Siria necesitan tener el derecho a la igualdad, condiciones dignas de vida y ejercer un papel relevante en la reconstrucción de sus sociedades. Firma la petición que Puertas Abiertas entregará a la ONU en este año y sé parte un millón de voces de esperanza.