Dos cristianas de Irán lanzan un libro sobre su vida en la prisión

Dos iraníes que fueron amenazadas de ejecución mientras estaban presas escribieron un libro sobre sus experiencias. Ellas describieron la famosa prisión de Evin, en Teherán, donde pasaron ocho meses entre 2009 y 2010, como ""la prisión más brutal del mundo"". Maryam Rostampour (35) y Marziyeh Amirizadeh (38) ahora viven en Estados Unidos, donde recibieron asilo tras ser liberadas. El libro se llama ""Captive in Iran (Aprisionas en Irán)"" y se publicó en 2013.

En los últimos seis meses, 21 cristianos fueron condenados a largos años de prisión en Irán, y muchos de ellos están en la prisión de Evin. En una entrevista al diario británico Times, ellas describieron las condiciones que los cristianos presos muy probablemente están enfrentando. ""Quien pasa por Evin nunca más es el mismo. El estrés es muy alto. Hay días en los cuales no es posible respirar pensando en lo que sucederá contigo al día siguiente "", describe Maryam.

En Evin, las cristianas dormían en el suelo en una celda que compartían con otras 30 a 40 prisioneras. Sólo había una pequeña ventana. Las luces se encendían toda la noche y una televisión se vinculaba con la propaganda del gobierno. Ellas no recibían tratamiento médico por ser cristianas, pues eran vistas como ""infieles y sucias"". ""Éramos tratadas como animales"", resume Marziyeh.

Maryam y Marziyeh pasaron 40 días en el edificio de interrogatorios, donde fueron obligadas repetidamente a negar la fe. Los interrogadores también exigían los nombres de las personas que participaban en nuestra ""iglesia doméstica"" y querían que firmásemos confesiones forzadas. ""Si ustedes no nos dan la información que necesitamos, vamos a golpearlas hasta vomitar sangre"", eran las amenazas que escuchaban. ""Podemos hacer cualquier cosa con ustedes y nadie nos detendrá. Aquí somos la ley y podemos hacer lo que queremos "", amenazaban.

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Ellas se convirtieron en una conferencia en Turquía en 2005. Cuando regresaron a Teherán, transformaron el apartamento en una iglesia doméstica y distribuyeron cerca de 20 mil copias del Nuevo Testamento. Las prisioneras compartieron que la atención internacional dada al caso ayudó a asegurar la liberación de las mismas y también las ayudó a sobrevivir al tiempo en la prisión. ""Cuando un caso gana tanta atención, ellos paran de torturar o abusar, porque el mundo está mirándolos. Pero si un prisionero no tiene el apoyo internacional, cualesquiera cosas puede sucederle "", afirma Marziyeh.