Historia de Vang Atu, un cristiano perseguido de Vietnam

Vang Atu fue el primer convertido en su pueblo. El pertenece a la tribu Hmong, tiene 28 años, está casado y tiene dos hijos. Antes adoraba a varios dioses y les pedía suerte, riqueza, salud, comida, etc. Pero cuando entregó su vida a Jesús, abandonó todas las creencias animistas. Vang Atu comenzó a evangelizar y por lo menos cuatro familias de su pueblo fueron ganadas para Cristo. Su casa se volvió en un lugar de adoración y comunión.

En abril de 2016, Thao Apao*, un recién convertido, junto con su hijo fueron a una reunión de oración por la mañana en la casa de Vang Atu. Al cierre de la reunión Thao Apao fue repudiado por su hermano y perseguido por la comunidad por seguir a Cristo. Lo golpearon y fue expulsado de la comunidad, quienes siguiendo órdenes del hermano de Thao Apao, también atacaron a Vang Atu.

Fue en ese mismo día en el horario del almuerzo que la casa de Vang Atu fue destruida por personas de la comunidad y autoridades. El objetivo del ataque no era solo avergonzarlo a él y a su familia, sino también mostrarles a los demás habitantes del pueblo que lo mismo podría ocurrirle a los que decidieran seguir a Jesús.

Nuestro hermano dice que al principio sintió rabia y que el gobierno estaba siendo injusto, pero después entendió que no debía buscar venganza. ""Me di cuenta que como hijo de Dios no debía desquitarme, pues así un día podría testificarle a mi hermano sobre la bondad de Dios en mi vida"", dijo en referencia a cuando su hermano le quebró el brazo con un bate.

En realidad, cuando recibió la orden de mudanza, Vang Atu no pudo cumplir por falta de finanzas. Él posee una propiedad y algo de ganado, pero no ha logrado venderlos. ""Estoy seguro que eso pasa porque soy cristiano, pues otra persona no cristiana vendió su propiedad para mudarse a otro pueblo y se le permitió hacerlo sin problemas. Después el gobierno me dijo que iba a tomar mi tierra y animales por creer en Jesús. Pero Dios nos proveerá"", él dijo.

Semanas después del incidente, sin llevar nada, teniendo solo fe, Vang Atu y Thao Apao junto a sus familias se fueron rumbo al centro del país, donde oyeron que habían cristianos que podrían ayudarlos. Allá encontraron al pastor Trang*, quien los recibió en su casa. Ese pastor participó del curso de Puertas Abiertas: ""Permaneciendo Firme a través de la Tempestad"" (PFAT), en mayo de este año, y compartió sobre estos dos hermanos en la fe. Así que en julio, Puertas Abiertas proveyó una casa para ellos en el pueblo. Así Vang Atu expresa su agradecimiento: Le agradezco a Dios y a todos ustedes por encontrar una casa para mi y mi familia. Ahora tengo un lugar donde puedo descansar. Allí encuentro seguridad y descanso.""

Él mantiene el deseo de regresar a su tribu y compartir el evangelio y cuenta con nuestras oraciones para su crecimiento espiritual. Este es el deseo de su corazón: ""Oren para que nunca deje de seguir a Jesús hasta que lo encuentre en el cielo"".

Cómo es bueno saber que en muchos países cientos de grupos dirigidos por líderes de oración son personas de gran fe, así como Vang Atu, y creen en el poder de la oración.