Familias cristianas están siendo desplazadas nuevamente

El combate los ejércitos iraquíes y kurdos, iniciado el pasado martes 24 de octubre, obligó a cientos de familias a huir, dejando nuevamente su tierra natal y volviendo a los campos de refugiados. Cerca de 900 familias dejaron la ciudad de Telskuf y aldeas vecinas, en la llanura de Nínive, para buscar refugio en Al Qosh y Dohuk, más al norte del país.

Las fuerzas del gobierno iraquí continúan presionando a las fuerzas kurdas por el control de la región, que los kurdos ayudaron a liberar del Estado Islámico el año pasado. Una fuente local dice: ""Por un lado, tenemos los kurdos reivindicando un territorio que no es de ellos; y por el otro, a los iraquíes que reclaman un territorio que no les pertenece. También tenemos a los cristianos, de quienes el territorio es legítimamente, los cuales están siendo usados ??como un efecto colateral aceptable;

Un líder cristiano local, Salar Kajo, se negó a salir de la ciudad y pidió ayuda. Él había sido advertido por el ejército iraquí que todos debían abandonar la ciudad. Fue entonces que envió a las familias, pero él mismo no salió. Algunos jóvenes que trabajan con el líder permanecieron con él. Los cristianos ya estaban en alerta, previendo la posibilidad de nuevos conflictos, desde el referéndum, cuando los kurdos votaron mayoritariamente por la independencia de Kurdistán.

El hermano Poulos, uno de los líderes religiosos en Bashiqa, se llenó de alegría al ver al ejército kurdo retirarse y al ejército iraquí asumiendo el poder de la región. Ahora, dice que pasó la noche sin dormir y que la gente estaba con mucho miedo. ""Mi teléfono no paraba de tocar, y yo simplemente intentaba consolar a la gente"", relata. El líder estaba junto a las cerca de 200 familias que habían regresado a Bashiqa hace unos meses. Ahora se desplazan de nuevo, de vuelta a las casas rodantes en el campamento para refugiados.

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