Cristianos no son números

Emanuel es un joven refugiado eritreo que logró huir del país, enfrentando muchos riesgos a lo largo del camino. No todos saben de la situación de los cristianos en aquella nación, porque poco se habla en los medios sobre ellos. Pero todos los días, jóvenes arriesgan sus vidas intentando una situación mejor en otras naciones. La mayoría cruza el desierto a pie, y cuando es posible, consiguen que alguien los lleve, pero corren el grave riesgo del tráfico humano, acción que envuelve el crimen organizado que lidera una forma moderna de esclavización. Los que escapan de este riesgo enfrentan los peligros de cruzar el mar Mediterráneo en botes clandestinos.

""Yo puedo describir mi huida con una palabra: decepción. Yo perdí a muchos amigos en la tragedia de navegación de Lampedusa, en 2013, donde por lo menos 360 refugiados murieron intentando llegar a Italia. Para mi ellos no son esos números, ellos son personas, hijos, parientes, amigos, esposas, en fin, ellos eran personas interesantes, inteligentes, llenos de vida y tenían sueños para el futuro"".

Emanuel no logra esconder su dolor cuando los recuerda: ""Nuestro arquero del equipo de futbol, Abraham, mi amigo y mi compañero de tantos momentos: mi vecino Dina con quien yo tanto conversaba; mis amigos Michael, Wedi, Keshi, Salomé, Rahway; son muchos los que yo perdí y que no salen de mi memoria. Más de 80 personas que yo amé, ellos tenían entre 20 y 28 años. Y en este año de 2015, 17 más se perdieron en el mismo trayecto. Nadie sabe si fueron detenidos y están en prisiones libias o si también murieron"", lamentó el cristiano.

Él también dice que oyó algunos comentarios tristes al respecto de ellos. Emanuel cuenta que oyó que muchos fueron vendidos como esclavos, muchas veces por los propios guardias de la prisión, que otros pueden haber sido asesinados por el Estado Islámico y hasta cambiados por dinero, armas u otros productos. ""Es demasiado triste, pero necesitamos continuar nuestra lucha, nosotros somos obligados a dejar el país y arriesgarnos, algunos logran llegar al destino aquí en la tierra, y yo sé que los demás, siguen su destino con Jesús, porque yo creo que Él ya los recibió de brazos abiertos"", concluye Emanuel que, hoy en día, vive con su familia que no veía hace cinco años.

• Ore por los cristianos perseguidos en Eritrea, que han enfrentado persecución severa, con prisiones y torturas constantes.
• Pida a Dios misericordia para los perseguidores. Que ellos se conviertan a Jesús y tengan una vida transformada por la verdad del evangelio.
• Ore por Emanuel y su familia y por las familias de los cristianos que fueron asesinados, presos y están desaparecidos. Que el Espíritu Santo los consuele todos los días y que ellos sientan paz.