Puertas Abiertas • 12 jun. 2025
En medio de la persecución, el apoyo de otros cristianos ayuda a la Iglesia Perseguida a resistir (foto representativa)
“Si no abandonas esa religión extranjera, ya no tendrás lugar en esta aldea.” “¡Ya no eres parte de esta familia!” Estas dolorosas palabras no fueron pronunciadas por enemigos, sino por seres queridos y líderes locales a cristianos recién convertidos en el noroeste de Vietnam. Los seguidores de Jesús perseguidos pertenecen al grupo étnico dao y han experimentado en carne propia que seguir a Jesús muchas veces significa perderlo todo: hogar, familia, sustento y comunidad.
La decisión que lo cambió todo
Minh* y su esposa, ambos de aproximadamente 40 años, viven en una aldea remota de la comunidad dao con sus tres hijos. Como muchos en su comunidad, solían practicar el culto a los antepasados. Pero cuando un amigo cercano compartió cómo Jesús transformó su vida, Minh y su familia decidieron seguir a Cristo.
Esa decisión lo cambió todo. La paz llenó su hogar. La alegría creció entre ellos. Sus hijos se volvieron más obedientes y las relaciones familiares florecieron. Pero la fe tuvo un precio.
Cuando Minh y su familia se negaron a participar en un ritual tradicional dao, el jefe de la aldea y los ancianos lo convocaron y lo presionaron para que renunciara a su fe. Le advirtieron: “¡Si no abandonas esa religión extranjera, ya no tendrás lugar en esta aldea!”
Días después, la familia de Minh despertó con su casa destruida. La puerta principal había sido forzada, parte del techo arrancado. Su huerto, el maizal y los arrozales, devastados. Clamaron a Dios, sin saber quién lo había hecho, pero sabiendo claramente por qué. Poco después, las autoridades locales les ordenaron abandonar la aldea. No pudieron llevar sus pertenencias. No tenían a dónde ir. Pero Dios abrió un camino.
Un grupo cristiano cercano intervino. Les llevaron alimentos, artículos de primera necesidad y ayudaron a la familia a construir una casa de bambú temporal. La fe de Minh no flaqueó. Con una fuerza serena, declaró: “Sabemos que Dios es real. Aunque perdimos nuestro hogar y comunidad, seguimos adelante con Él.”
Trang, expulsada por su propio hijo
Trang*, de 60 años, también decidió seguir a Jesús. Vivía con su hijo Huy* en una aldea remota. Tras su conversión, dejó de participar en las actividades del culto a los antepasados, y Huy lo notó. Furioso, la acusó de deshonrar a sus antepasados. Como único proveedor de la familia, Huy tenía autoridad en casa y la usó en contra de su propia madre.
A comienzos de marzo de 2025, la expulsó. No le permitió llevarse ninguna de sus pertenencias. “Ya no eres parte de esta familia”, le dijo mientras la echaba de la casa.
Trang no tuvo otra opción. Caminó durante horas por el bosque, sin saber a dónde ir. Pero Dios ya había preparado un lugar. En una aldea cercana, una familia cristiana la recibió. Aunque eran desconocidos, la cuidaron como si fuera parte de su propia familia. Incluso le construyeron una casa sencilla de bambú.
Hoy, Trang sigue adorando junto a otros cristianos. Su corazón está herido, pero no roto. “Perdí mi hogar, pero encontré paz y esperanza en Cristo”, dice.
Nombres modificados por seguridad.
Faltan tres días para el DIP 2025
Así como Minh y Trang fueron acogidos y fortalecidos en medio de la persecución, tú también puedes ser un instrumento de Dios en la vida de los cristianos perseguidos por medio de la oración. Regístrate y únete a las más de 16 mil iglesias que, el 15 de junio, levantarán su voz en oración por nuestros hermanos en la fe desplazados por causa de la violencia, en el Domingo de la Iglesia Perseguida 2025.
Banco Estado | Nº 3477 1228 854
Misión Puertas Abiertas
RUT 65184324-3
Cuenta vista o Chequera Electrónica
Sucursal Tajamar
Casilla N° 261
Av. Providencia, 1466
Santiago - Chile
Teléfonos:
(+55) 11 99629-9010
Email:
contacto@puertasabiertasal.org