Puertas Abiertas • 17 jun. 2021
Al estar prohibidas, los cristianos chinos no tenían acceso a las Biblias. Pero en una noche, recibieron 1 millón de copias con el Proyecto Perla.
Puertas Abiertas comparte sobre el Proyecto Perla que posibilitó la entrega de un millón de Biblias a los cristianos en China en una única noche, el 18 de junio de 1981.
En el proyecto secreto participaron tanto cristianos de países libres como cristianos perseguidos en el país comunista.
¿Cómo fue la entrega de un millón de Biblias en el Proyecto Perla?
La fabricación, el transporte y la distribución de un millón de Biblias no se produjo de forma instantánea. Requirió una planificación y muchas visitas al país tanto del Hermano Andrés como de otros miembros del equipo de Puertas Abiertas. En una ocasión, los responsables del proyecto decidieron entrevistar a cinco líderes cristianos chinos para saber si eran conscientes del riesgo que corrían al recibir las biblias prohibidas.
El hermano Andrés y otros miembros del equipo de Puertas Abiertas visitaron China varias veces antes de poner en marcha el Proyecto Perla.
La respuesta de uno de ellos fue: "Los cinco hemos estado en la cárcel por causa del Señor muchas veces, repetidas veces. Sumando todo el tiempo, hemos pasado un total de 72 años en la cárcel por amor a Jesús. Estamos dispuestos a morir para que un millón de hermanos y hermanas puedan tener un ejemplar de la Palabra de Dios en sus manos".
En ese momento, no tenían más preguntas, sólo la certeza de que estábamos tratando con personas que amaban a Cristo más de que a su propia vida. Así que, el remolcador Michael levantó las anclas y el 18 de junio llegaron a la costa china. La oscuridad era total y el mar estaba tranquilo, ideal para desembarcar los 232 paquetes de Biblias. Cada paquete fue lanzado al mar y tres botes más pequeños los arrastraron hasta la playa.
"En ese momento, la playa, antes desierta, sufrió una transformación radical. Cerca de 2.000 cristianos chinos habían salido de sus escondites para ir a la playa, algunos entraban al mar hasta que las aguas les llegaban a la altura del pecho, mientras otros formaban una fila casi militar que llegaba hasta los árboles alejados de la orilla", relata el hermano Andrés.
¿Cómo consiguieron los cristianos chinos recibir las Biblias?
Uno de los hermanos chinos que recibió las Biblias fue Xiao Chen, un adolescente que no tenía ninguna dimensión de lo que hacía, pero fue a acompañar a su hermano mayor, Da Chen. "Recuerdo un barco gigante sin banderas que se acercaba lentamente al puerto. Todos en la playa parecían estar muy ansiosos. Entonces, un pequeño bote bajó del barco. Vi a mi hermano mayor remando hacia el barco y hablando con un extranjero que podría ser el capitán", dice.
Cientos de hermanos chinos aceptaron el reto de llevar los paquetes de Biblias entre el barco y la playa. (foto representativa)
El proceso de descarga de las cajas en la playa se repitió varias veces y para los cristianos que recibían las Biblias fue también un honor. "Conocí al capitán. Era muy alto. Me tomó de las manos y oró por mí. Entonces me tocó el hombro y me dijo "OK". Creo que nos estaba pidiendo que nos diéramos prisa. Habían cientos de hermanos que habían ido a buscar las Biblias", recordó Da Chen.
Unas horas más tarde, los soldados chinos acudieron a la playa con antorchas para ver qué ocurría. Así que Chen le dijo a su hermano que corriera. "Corrí tan rápido como pude. También le dije a otros cristianos que no fueran más a la playa, debido al peligro de los soldados. Cada vez eran más los hermanos que me encontraba en el camino porque oyeron que había algo valioso y fácil de recibir".
Sin embargo, la mayoría de los cristianos ya habían abandonado la playa cuando llegaron los soldados y el barco también se había marchado. Entonces algunas cajas cayeron al mar y los miembros del ejército detuvieron y amenazaron a las personas que aún estaban presentes en la playa.
¿Qué pasó con las cajas de Biblias que se quedaron en el mar?
Muchas cajas con Biblias fueron arrojadas al mar y acabaron en las redes de los pescadores locales. Pensaron que el material podría utilizarse en el mercado para envolver el pescado. Otras personas nadaron hasta los paquetes y los trajeron a la orilla, y solo después descubrieron que eran libros cristianos.
"Algunos vieron que los libros no les servían de nada y simplemente se los entregaron a algunos cristianos que conocían. Las Biblias estaban bien empacadas en bolsas y cajas de plástico. Muchos de los ejemplares estaban todavía secos. Nuestros hermanos y hermanas recibieron estos preciosos regalos de los vecinos con gran alegría", dice Charlie, otro cristiano chino.
Cada Biblia entregada por el Proyecto Perla era considerada un tesoro para los cristianos chinos, que no tenían acceso a la Palabra de Dios.
Cierto día, un cristiano llamado Charlie, vio a un vendedor que envolvía el pescado con páginas de la Biblia y decidió comprar los ejemplares que había pescado. Él llevó las biblias para casa, las dejó secando y las comenzó a distribuir.
Él recuerda el valor de cada libro, pues cuando le entregó su vida a Cristo, no tenía ningún ejemplar del Sagrado Libro. Él recuerda: "Nuestro pastor era el único que tenía una Biblia. Teníamos que copiar los versículos en cuadernos y papeles cada domingo para poder seguir leyendo la palabra de Dios la semana siguiente".
En las siguientes semanas del Proyecto Perla, las Biblias obtenidas por los pescadores y nadadores estaban casi secas, pero había otras que llevaban demasiado tiempo mojadas y necesitaban reparaciones para ser distribuidas en otros lugares. "¡Cada Biblia es preciosa para nosotros! Aunque muchos hermanos y hermanas de nuestro distrito ya tenían proyectos de Biblias, queríamos bendecir a los cristianos chinos de otros lugares", explica Charlie.
¿Cómo llegó el Proyecto Perla a otras regiones de China?
Al igual que Charlie, otros cristianos participaron en la tarea de distribuir la Palabra de Dios. Junto con la yuda de sus familiares, él pudo repartir cerca de 700 cajas de Biblias. Para ello, contó con ayuda: "Durante este periodo, los miembros de mi familia apoyaron mi ministerio. Los hermanos y hermanas también tuvieron la pasión de ayudarme. No podría haberlo hecho solo con mis esfuerzos", reconoce.
La iglesia local también oró y apoyó para que la labor de distribución continuara. "Cuando vimos las Biblias difundidas en diferentes partes de China, nos emocionamos mucho. El trabajo se hizo gracias al esfuerzo conjunto de hermanos y hermanas en diferentes lugares", dice el cristiano.
Lucy fue una de las cristianas de otra región que recibió una Biblia del Proyecto Perla hace 30 años. "Me enteré por mi padre de que un extranjero había alquilado un gran barco para transportar una carga completa de Biblias a China en una noche. Había muchas Biblias. Recibimos miles de ellas", dice la líder cristiana. Su padre era un pastor itinerante que al regresar al centro del país conoció a un hermano en la fe que le compartió su experiencia de recibir paquetes de Biblias misteriosamente en la puerta de la tienda donde trabajaba.
El padre de Lucy tuvo acceso a estas Biblias y las llevó hasta el noroeste del país, gracias a la ayuda de un cristiano que trabajaba en el tren. "Cada vez que mi padre volvía a su ciudad natal, tomaba ese tren en particular para llevar Biblias. Ese hermano fue muy valiente. Si lo hubieran descubierto, no sólo habría perdido su trabajo, sino que habría sido detenido. Gracias a Dios por su protección, ellos nunca fueron atrapados”.
Nadie sabía que ese tren en particular llevó miles de Biblias a las aldeas más remotas de China durante tres años. Miles de cristianos tuvieron acceso a la palabra de Dios gracias a personas valientes dispuestas a arriesgar sus propias vidas para difundir el evangelio. "Cuando mi padre llevaba las Biblias, era como si llevara un tesoro. Siempre dije a los cristianos que esas Biblias no tenían precio, esas Biblias llevaban a una transformación de vidas", añade.
Mañana conocerás las principales consecuencias del Proyecto Perla en la vida tanto de los cristianos que participaron en la planificación y entrega, como de los hermanos y hermanas que recibieron y distribuyeron las más de un millón de Biblias en la China comunista. ¡No te lo pierdas!
La iglesia en China está compuesta por cristianos convertidos del budismo que enfrentan persecución y una creciente hostilidad por parte del gobierno contra ellos. Por lo tanto, ellos necesitan Biblias para crecer en su fe y resistir a la persecución.
La venta de Biblias aun es prohibida en el país. Por ello, lanzamos esta campaña: Dona una Biblia digital a un hermano en China, hazte socio de Puertas Abiertas y recibe informaciones de última hora sobre la Iglesia Perseguida.
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