Puertas Abiertas • 24 mar. 2020
Los cristianos de trasfondo musulmán son abandonados por las familias y, al no poder trabajar, no tienen ingresos para alimentos y asistencia médica.
Tan pronto como un musulmán se convierte cristiano en el norte de África, la primera barrera encontrada es dentro del hogar, ya que los miembros de la familia hacen todo lo posible para que vuelvan a la antigua fe. La agresión y el acoso moral y físico son algunas de las consecuencias diarias de seguir a Cristo. Cuando los miembros de la familia se dan cuenta de que el cristiano no regresará al islam, muchos de ellos son expulsados ??de sus hogares y pierden el apoyo emocional y financiero que tenían.
Los cristianos se vuelven vulnerables y dependen de algún trabajo pobre o ingresos de su propio negocio. Pero con la necesidad de aislamiento debido a Covid-19 (coronavirus), muchos no pueden trabajar y, por lo tanto, no tienen recursos incluso para necesidades básicas, como alimentos y atención médica.
Puertas Abiertas y las iglesias locales están trabajando para abordar las principales necesidades de los cristianos perseguidos en la región. Los equipos que trabajan en el sitio necesitan sabiduría divina para elegir a quién ayudar, pero todavía hay esperanza de que serán atendidos todos los que buscan los servicios. El clima todavía es tenso en el territorio, lo que a menudo provoca disputas por productos dentro y alrededor de las tiendas.
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