Corea del Norte admite existencia de campos de concentración para ‘ref

De acuerdo al oficial, estos locales de corrección son donde las personas “verifican su ideología y reflexionan sobre sus actos inmorales.” Hasta ahora, esta fue la única respuesta al informe elaborado hace meses por la ONU con denuncias de ejecuciones, desapariciones y torturas en el país. El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas constató violaciones “serias generalizadas y sistemáticas” en Corea del Norte y documentó la crueldad a la que fueron sometidos 24 millones de personas.

Para los especialistas de la ONU, el conocimiento de estos campos de concentración por parte del gobierno norcoreano es un avance en la lucha para acabar con la represión del régimen. Imágenes capturadas por satélites confirman la existencia de grandes extensiones de tierra, conocidas como “Zonas de Control”, donde miles de personas estarían presas por motivos políticos o ideológicos. La mayoría de las personas que son llevadas a estos centros, no consigue salir nunca.

Los campos de concentración en Corea del Norte son uno de los mayores misterios del sistema represivo del país. Ellos fueron creados en los años 1960 por Kim Il-Sung, fundador de la nación, expandido por su hijo Kim Jong-Il y mantenido por su nieto y actual líder, Kim Jong-Un. En total, hay 16 campos, seis de ellos dedicados exclusivamente a presos políticos. Especialistas estiman que de 120 a 200 mil personas se encuentran en estos locales. De las cuales, se estima que de 50 a 70 mil son cristianos que sufren diariamente en los varios campos de trabajo forzado expandidos por el país.

A pesar de la fuerte seguridad, algunos de los prisioneros arriesgan sus vidas para escapar de los campos y, a través de sus testimonios, es posible conocer algunas de las atrocidades que allí ocurren: todos los tipos de tortura física y psicológica, pruebas de armas químicas en los internos y trabajo forzado.

Por el 12º año consecutivo, Corea del Norte es el local donde la persecución cristiana es más extrema. La adoración al líder Kim Jong-Un y sus antecesores no deja espacio para ninguna religión. Los cristianos enfrentan una presión extrema en todas las áreas de su vida.