Puertas Abiertas • 15 nov. 2021
Levanta un clamor por los cristianos de oriente medio, ellos necesitan fortaleza y esperanza.
John* Llegó al aeropuerto en el último horario del día. Sólo le quedaba un obstáculo por superar antes de estar a salvo con sus contactos, cristianos secretos que seguían a Jesús en este país de Oriente Medio que no podemos nombrar.
El cristiano necesitaba pasar las diferentes revisiones para abordar el avión. Se dirigió a la línea de aduanas alrededor de las 9:30 pm. Su esperanza era que los oficiales de la aduana no le pidieran mostrar el interior de la maleta; Jhon esperaba que lo dejaran pasar.
Pero no fue así.
Un funcionario de la aduana le pidió a John que abriera su maleta. "Abrí la maleta", recuerda John. "El hombre abrió varios de mis regalos especiales y me preguntó para quién eran esos regalos o dónde quería venderlos. Le dije que yo personalmente quería dar estos regalos para agradecerle a la gente su amabilidad en cuanto esté en el país".
Los "regalos" eran, por supuesto, Biblias. John es un contrabandista de Biblias. Y lo acaban de descubrir intentando llevar la Palabra de Dios a un lugar donde no es bienvenida.
Llevar la Palabra de Dios, sin importar el precio
El contrabando de Biblias ha formado parte del ministerio de Puertas Abiertas desde el principio. El fundador de Puertas Abiertas, el hermano Andrés, y su equipo pasaban biblias de contrabando tras el Telón de Acero; de ahí viene el apodo del hermano Andrés, "El Contrabandista de Dios". En lugares donde la Biblia sigue siendo difícil de conseguir, el contrabando continúa siendo parte de lo que hacemos.
John es un socio de Puertas Abiertas que se ofreció como voluntario para llevar la Palabra de Dios a cristianos secretos desesperados por conseguir Biblias. El hermano Andrés solía orar para que "los ojos que ven se cieguen" mientras pasaba biblias a escondidas por fronteras poco amigables. Probablemente Jhon oraba algo parecido. Pero Dios no siempre responde a las oraciones de la misma manera.
Los agentes de la aduana confiscaron las 50 biblias que John intentó esconder en su maleta. John fue llevado a una comisaría de policía donde fue detenido e interrogado durante toda la noche. "Me interrogaron los agentes aduaneros y los policías locales", dice John. "Continuamente había alguien interrogándome, sin descanso. Algunos llevaban uniforme, otros no. Me preguntaban por mi material, para quién era o a quién quería vendérselo. Yo repetía que eran regalos". Los guardias sabían que había demasiadas Biblias para ser simples regalos.
John no estaba seguro de lo que le pasaría. Le preguntó a uno de los funcionarios si podía ir a su hotel. El funcionario le dijo a John que lo pondrían en el primer avión de vuelta a su país: iba a ser deportado.
Pero el funcionario continuó. "El hombre dijo que yo era diferente a los demás", dice John. "Empecé a hablar con él. [Después de un rato,] me dijo que su padre estaba gravemente enfermo".
John no dudó en preguntarle al funcionario si podía orar por su padre. "El hombre estuvo de acuerdo y oré por él", dice John. "Después, le conté mi testimonio y le expliqué lo importante que es Jesús para mí. Saqué un pequeño Nuevo Testamento de mi bolsillo. Al final de este, estaba impreso un plan de Salvación".
Jhon leyó todo el plan para el funcionario. E increíblemente, el oficial que estaba supervisando su arresto se entregó al amor de Jesús. "Aceptó a Jesús como su Salvador", dice Jhon. "Tenía lágrimas en sus ojos".
La fidelidad de Dios en acción
El oficial se ofreció entonces a ayudar a John. "Dijo que me ayudaría a resolver mi problema", recuerda John. "Me preguntó si estaba en la celda sólo por los libros. Le dije que sí. Entonces me preguntó si quería recuperar los libros. El hombre me pidió que le siguiera para conseguir las Biblias. La situación se resolvió y pude volver a poner los libros en mi maleta. A eso de las 8:00 am me llevó a mi avión".
¡Dios estaba con John, todo el tiempo! "Desde que se abrió mi maleta hasta que entré de nuevo en el avión, di gracias al Señor", dice. "Tuve paz: la paz de Dios que trasciende todo entendimiento. Vi la mano de Dios en todo lo que sucedió. Todo fue diferente a lo que yo había planeado. Dios decidió cambiarlo todo por esta alma. Yo sólo fui un espectador. Gracias Padre, gracias a ti Jesús".
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