Compartiendo el amor de Dios en Oriente Medio

Hablar del amor de Cristo entre los musulmanes, y aún más en países cerrados al evangelio, puede ser una tarea solitaria y peligrosa pero muy compensadora, asegura el líder cristiano Rashad*, quien actúa en uno de los países del Oriente Medio que no será identificado por razones de seguridad. Él está siendo de testimonio vivo del amor de Dios desde que declaró: «Señor tengo un corazón con llamado a los musulmanes, por favor, tráelos a mí».

Esto ocurrió hace 10 años, cuando Rashad oró y pidió a Dios que usara su vida. Él cuenta que la respuesta fue rápida y que en tan sólo dos días un nuevo convertido llamó a su puerta y pidió oración por un amigo musulmán quien aceptó a Cristo enseguida. Fue así que su ministerio empezó. «Un día, una voz en mi mente preguntó: ""¿por qué quieres que los musulmanes vengan a ti? ¿por qué no vas a ellos?""». Desde entonces, esa misma voz le inspira a viajar por todo el país.

Entre aldeas y comunidades remotas, Rashad comparte el amor de Dios por dondequiera que va. Según él, la mayoría de esos lugares están ajenos al evangelio. «Menos del 3% de las personas de esta nación son cristianas y la mayoría vive en grandes ciudades. Existen muchas áreas rurales por aquí que están completamente aisladas y todavía no han escuchado hablar del nombre de Cristo», dijo el líder, quien pide oraciones por su seguridad y para que sea capaz de seguir con este trabajo.

*Nombres alterados por motivos de seguridad.