Puertas Abiertas • 28 jun. 2020
Los cristianos ex musulmanes deben mantener su fe en secreto, sin embargo, los cambios provocados por Cristo no mantienen el asunto oculto por mucho tiempo.
Ser cristiano en un país con una mayoría musulmana es un gran desafío, pero dejar la fe islámica para seguir a Jesús es aún más peligroso. Entonces, una de las formas más seguras es mantener la nueva creencia en secreto. Pero con el tiempo, los cambios en la mentalidad y el comportamiento se hacen visibles y la necesidad de participar en una iglesia se hace solo aumenta. Hace 17 años, Mohammad experimentó una transformación cuando encontró a Cristo mientras leía una Biblia en Yemen.
Compró el libro sagrado en una librería de segunda y a partir de este momento tuvo que abandonar su casa para leer la Biblia, de lo contrario la familia lo descubriría. “Cuando me convertí, pensé que era el único cristiano en Yemen. Durante mucho tiempo, no conocía a otros cristianos aquí. Ahora conozco a muchos”, testifica. El cristiano recordó la alegría que tuvo al encontrarse con otro seguidor de Jesús por primera vez: “Nos reímos juntos. Luego, conocí a otras personas, incluso algunas que se convirtieron antes del año 2000”.
Después de ser discipulado, Mohammad fue bautizado. Más tarde, se casó con una mujer musulmana llamada Alima. Ellos tenían la costumbre de leer la Biblia juntos, pero la esposa del cristiano aún no había decidido seguir a Jesús, a pesar de estar impactados por las palabras de Cristo que exigía que sus seguidores amaran a sus enemigos. “Este es un pensamiento que no encuentro en otras religiones. Este versículo me hizo buscar otras palabras de Jesús”, explica Alima.
El milagro de la conversión.
Alima necesitó de un milagro divino para rendirse a los pies de Cristo. Después del nacimiento de su primer hijo, Alima descubrió que ya no podía concebir. Sin embargo, cuando el primogénito cumplió siete años, la pareja decidió pedirle al Señor otro hijo y la respuesta de oración llegó el mismo mes. “En el hospital, cuando se confirmó el embarazo, el equipo médico dijo que no podía creer que ella había quedado embarazada nuevamente. Repitieron la prueba tres veces para asegurarse. Una persona que trabajaba allí incluso comenzó a llorar porque estaba muy feliz por mi esposa”, testifica Mohammad. A partir de ese momento, la pareja cristiana comenzó a decirles a todos que el nuevo miembro de la familia era un milagro.
La familia experimenta el cuidado de Dios a diario, siempre tienen algo para comer, a pesar de vivir en un contexto de guerra en el país. La consecuencia de tantas bendiciones fue el inicio de una iglesia doméstica en el hogar familiar. “Lo interesante es que muchos del grupo son bastante instruidos en la palabra. Algunas mujeres llevan a sus hijos a las reuniones, por lo que tenemos un programa especial para niños. Veo un crecimiento real en los grupos e incluso traen a otras personas”, celebra el cristiano.
Tantas bendiciones en la familia Mohammad no fueron desapercibidas, y el resultado de los testimonios fue la conversión de cinco hermanos. Aun así, los musulmanes aceptan parcialmente su fe, pero los familiares de Alima aún desconocen su conversión. “Me temo una reacción más fuerte de la parte de mis familiares, incluso pueden matarme. Porque son muy estrictos con el islam. No creo que mis padres usarían tanta violencia contra mí, pero mis hermanos podrían hacerlo. También tengo miedo de que se lleven a nuestros hijos”, explica la cristiana. Debido a que son una minoría en Yemen, Mohammad y su familia viven lejos de la Península Arábiga, pero permanecen conectados a la iglesia yemenita que frecuentaban.
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