Cinco cosas que aprendimos con la Iglesia Perseguida en 2020

Al hacer un análisis del año que pasó y mirar hacia adelante para el año que viene, colocamos nuestra confianza en Dios, sabiendo que Él continuará siendo Fiel. A lo largo de este año hemos visto y comprobado su bondad y misericordia una vez más, no solo con nosotros que vivimos en países libres de persecución, sino también con los más vulnerables, los cristianos perseguidos.

Esperamos que estas bellas reflexiones de la Iglesia Perseguida te animen a continuar siguiendo a Jesús, sin importar el precio.

1. Para conocer a Jesús, construye tu propia celda

Durante 23 años, Wang Ming-Dao fue encarcelado en China por negarse a renunciar a su fe. Mientras cumplía su sentencia de más de dos décadas, compartió sobre Jesús con los demás reclusos a través de las tuberías de los alcantarillados que unían las celdas. En total, cerca de 96 personas vinieron a los pies de Cristo.

"Cuando estaba en la celda lo único lo hacía era concentrarme en conocer a Jesús, en esa celda sólo estábamos él y yo", dijo.

"Tienes que construir una celda donde solo están tú y Jesús. Donde no hayan distracciones que desvíen tus ojos de su rostro"

2. Raíces profundas dan fruto

Los discípulos de Muktar* son cristianos secretos en uno de los lugares más peligrosos para seguir a Jesús. Allí, es necesario estar totalmente seguro de la identidad que tenemos como hijos de Dios. Por ello, los cristianos buscan y andan en una profunda y fuerte intimidad con su Salvador y Redentor. 

"El entrenamiento de discipulado se ha llevado a cabo durante más de dos años. Debido a eso, los cristianos han arraigado profundamente su fe en Jesús”. comparte Muktar. 

"Son capaces de compartir el evangelio con otras personas, aunque esto sea prohibido. Uno de nuestros discípulos recientemente tuvo la oportunidad de compartir el evangelio con cinco compañeros de la escuela. Uno de ellos le entregó su vida a Jesús, y creemos que los otros cuatro están en camino”.

"Creo que en el futuro llevarán el evangelio a otro nivel."

3. Jesús es la verdadera paz 

Durante la pandemia, el cambio y la agitación han estado en la mente de todos, y la gente está buscando respuestas y un significado más que nunca antes.

Suri*, líder de una iglesia doméstica nos comparte: "La gente está buscando respuestas en todas partes. Buscan a Dios, ya que sólo en Él encuentran la paz que han estado buscando". 

En una época en la que la verdad no siempre se considera absoluta, Jesús continúa siendo la respuesta y la paz que la gente busca. Tal como está escrito en el evangelio de Juan 14.27.

"La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo"

4. Sabemos a dónde vamos

Sop* vivía en un pequeño pueblo de Laos. Sus vecinos lo golpearon y lo echaron cuando descubrieron que era cristiano. 

En su nueva aldea, Sop experimentó más amenazas. Pero se negó a dejar de compartir el Evangelio. "Siempre que las personas intentan asesinarme por causa de mi fe, recuerdo que la Biblia me dice que no tenga miedo. Nuestro destino no está en esta tierra", dice Sop.

"Pueden matar mi cuerpo pero no mi alma. Si quieren matarme, no tengo ningún problema con ello porque sé a dónde voy a ir después".

5. En la crisis, hay esperanza

En Yemen, el COVID-19 agravó las dificultades de un país que ya sufría años de conflicto y hambruna.

Un cristiano dijo, "Incluso a pesar de las difíciles condiciones que enfrentamos, sentimos que el Señor Jesús está con nosotros".

"Sentimos su misericordia y cercanía con nosotros. Mucha gente se queja del vacío y el aburrimiento por la necesidad de quedarse más tiempo en casa, pero he descubierto que es una valiosa oportunidad para orar, acercarse a Dios y sentir el afecto de su mano extendida a sus hijos".

*Nombres alterados por motivos de seguridad