Puertas Abiertas • 23 abr. 2021
A pesar de la persecución, los cristianos encuentran palabras de consuelo y aliento en la Biblia.
En el Día Mundial del Libro y el Día Mundial del Derecho de Autor, Puertas Abiertas reafirma su compromiso de animar a nuestros hermanos y hermanas de la iglesia perseguida mediante la distribución de Biblias y literatura cristiana. Cuando se encuentran libros en países donde el cristianismo está prohibido, se destruyen o se incautan como "prueba de un delito", en este caso la fe de un cristiano.
La cristiana ex hindú Kirti* conoce la importancia de la Biblia. Fue a través de la palabra de Dios que solidificó su fe después de ser curada de una enfermedad. En ese momento, su testimonio impactó a varios familiares, que también comenzaron a caminar con Dios. Pero a los vecinos hindúes del pueblo no les gustó lo que estaba ocurriendo y acorralaron a todos los cristianos. "Nos obligaron a ponernos en medio de todos y nos advirtieron que no fuéramos más a la iglesia o nos golpearían", dijo la cristiana.
Incluso después de otras amenazas y con miedo, continuaron siguiendo a Jesús en secreto. Cada domingo, Kirti y su marido organizaban una reunión secreta en su casa, que pronto fue descubierta por los perseguidores. "Al cabo de dos meses, los habitantes del pueblo se enteraron y nos llamaron para otra reunión. Me dijeron: Habéis dejado de creer en Jesús, ¿por qué seguís reuniéndoos para adorar a Dios?". “Entonces el grupo vino a mi casa y buscó mi Biblia y mi himnario. Me amenazaron con matarme si seguía adorando a Jesús. Luego quemaron mi Biblia y mi himnario, y volvieron a entrar en la casa para robar arroz, trigo y otros alimentos. También se llevaron nuestras gallinas y cabras. Todo fue llevado a un salón comunitario, donde se cocinó todo, incluidos los animales. Así que todo el pueblo se comió nuestra comida". Cuando terminaron, dijeron: "Este es el castigo por tu infidelidad. No creas más en Jesucristo".
Según Kirti, la persecución cesó porque los aldeanos pensaron que ella había renunciado finalmente a su fe en Dios. Pero se mantuvo fiel y siguió orando sola en casa. Poco a poco, otros cristianos comenzaron a asistir a su casa de nuevo. Muchos enfermos fueron llevados a las reuniones y se produjeron milagros. Un hombre que estaba muy enfermo e inconsciente se despertó cuando los crisitanos oraron por él.
Los aldeanos se enfurecieron. "Llamaron al hombre y lo golpearon severamente. Ese día, también llamaron a gente de otros pueblos. Mientras estábamos adorando, rodearon la casa. Entonces nos invadieron y nos golpearon. Nos sacaron a rastras de la casa y siguieron golpeándonos con palos. También nos dieron patadas y bofetadas. Me gritaron: Por tu culpa, todos en el pueblo se han convertido en cristianos. Han dejado de adorar a nuestros dioses y diosas ancestrales. Ese día se me rompió la espalda. Me gritaban que dejara a Jesús, pero Dios me dio la fuerza para soportar el dolor", dice. A pesar de todo, ella y los demás cristianos no negaron a Cristo.
*Nombre alterado por seguridad.
Conoce el testimonio completo de Kirti: La fe inquebrantable de Kirti en India
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