Familias convertidas al cristianismo son expulsadas

México es uno de los países de América Latina que hace parte de la actual Clasificación de la Persecución Religiosa, ocupando el 40° lugar. Otro país es la Colombia (46°), conocido también como uno de los lugares más violentos del mundo (en la posición 9º de 132 analizados) según las informaciones de la ONG americana Social Progress Imperative. México es una nación que acoge a los ‘huicholes’, grupos étnico indígena que habita en los estados de Nayarit, Jacatecas, Durango y Jalisco. Debido al aislamiento y resistencia a la evangelización, ellos mantienen hasta los días de hoy sus trazos culturales originales. Según informaciones del canal de televisión TV CBN (Christian Broadcasting Network), recientemente 10 familias fueron expulsadas de la ciudad de Tuxpan de Bolaños, en Jalisco, por convertirse al cristianismo y ahora aguardan por la decisión de las autoridades mexicanas.

La misma fuente confirma que una convención cristiana intentó por medios legales evitar la expulsión de estas familias, pero no hubo éxito. Las 30 personas fueron llevadas hasta el Crucero Banderitas, donde actualmente viven en abrigos. “Los huicholes hacen parte de una de las tribus más importantes de México y sus leyes y costumbres religiosas no son registradas en documentos, es de aquí que surge la manipulación. Sin embargo, ante las leyes mexicanas, ellos cometieron una clara violación de los derechos humanos y el caso necesita ser juzgado. Esas familias fueron arrancadas de su propia comunidad”, comenta uno de los analistas de la persecución.

Hay relatos de que la misma región, por los menos 60 personas ya se volvieron cristianas, a través de trabajos de evangelización de diversas denominaciones. Además de las tribus que rechazan cualquier otra religión en sus mediciones, los cristianos mexicanos también enfrentan el crecimiento de las organizaciones criminales y carteles de drogas que ven las iglesias de forma muy negativa por realizar un trabajo de rehabilitación de dependientes químicos. Además de eso, los líderes que se rehúsan a pagar un impuesto para los traficantes son obligados a cerrar sus puertas bajo serias amenazas. Interceda por esta nación.